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Vida y familia

Conoce cómo Don Eugenio cultivó un hogar donde los valores y la unión eran lo más importante.

Eugenio y Consuelo pasaban tiempo con sus nietos, a quienes el abuelo repartía chicles y dulces en cada reunión. Algunos nietos y nietas se quedaban a dormir con sus abuelos; platicaban con la abuela, corrían en los jardines y jugaban dentro de la casa.  

 

Sus hijos consideraban a don Eugenio “el sostén, la fuerza y la raíz del hogar”; constantemente los aconsejaba, ayudaba y educaba para ser hombres y mujeres de bien. Por otro lado, a doña Consuelo la recuerdan como “el corazón y la protectora de la familia”, una mujer amable, sencilla, cariñosa, de palabras tiernas y una consejera prudente.    

Eugenio Garza Sada se distinguió por ser un hombre de familia. Aunque tenía una agenda complicada se aseguraba de pasar tiempo con su esposa, hijos y nietos, estando al pendiente de sus actividades; incluso él mismo llevaba a los niños a la escuela. Además, como jefe del hogar atendía desde el arreglo de una ventana hasta el presupuesto de compras. 

En su correspondencia se aprecia el profundo amor que le tenía a su esposa, doña Consuelo Lagüera, a quien consideraba la “columna en la que se sostenía su vida”; estuvieron casados durante 52 años. El matrimonio tuvo ocho hijos que fueron la alegría del hogar, y con el tiempo crecieron y formaron sus propias familias, pero volvían a la casa de sus padres para convivir. 

Del álbum familiar de Don Eugenio

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